lunes, 5 de marzo de 2012


SER HUMANO – ARQUITECTURA – PAISAJE
Cada vez se hace más palpable esa inminente realidad de la sobrepoblación humana, el agotamiento de los recursos naturales y los conflictos sociales emergentes en torno a ellos. Dicho escenario caótico es producto de la malversación de términos y el abuso indiscriminado de la “autoridad” que se atribuyó a sí mismo el ser humano como criatura pensante y por consiguiente, especie dominante dentro de la naturaleza. Al conjugarse todo este conjunto de elementos, se tiene una situación actual de índole ambiental bastante crítica: en su afán de expandir las metrópolis y llevar la civilización a cada rincón del planeta, el hombre ha dejado a su paso una estela de desolación, sobreexplotación, deforestación, etc., producto esta vez de su ignorancia y su delirio de grandeza como “especie dominante”. A raíz de dicha negligencia, estamos viviendo una situación ambiental crítica, donde las decisiones que se tomen ahora en pro de salvaguardar la continuidad de la especie humana y proteger los elementos naturales, especies animales y vegetales que conforman la biósfera, serán fundamentales para definir si estamos a tiempo de conservarnos o desaparecer.
Por ello, se hace fundamental, antes de pensar en expandir una ciudad, implantar un objeto arquitectónico, generar infraestructura o buscar nuevos recursos, entender, analizar y comprender el territorio a intervenir y sus diversas determinantes. Desde diversas ramas del conocimiento y la ciencia, el territorio debe pasar por un riguroso análisis para determinar exactamente qué elementos físicos y biológicos lo conforman y le proporcionan esa esencia. Así mismo, desde un punto de vista perceptual y sensitivo, el territorio debe pasar por un filtro que permita al ser humano establecer una relación perceptual con dicho territorio, yendo más allá de los elementos físicos y biológicos. Finalmente, al pasar por los dos filtros, el hombre será capaz de comprender e intervenir los diversos componentes que caracterizan un territorio, permitiéndole así mismo descifrar en cierta medida esa compleja red que forma el territorio al conectar todos sus componentes y organismos en un solo tejido, generando enormes flujos de energía y creando dinámicas y lógicas de vida, que sencillamente al ser huno se le escapan de la percepción lineal e irrumple violentamente al realizar una intervención sobre el territorio.

FELIPE GUERRERO CASTILLO

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