SER HUMANO – ARQUITECTURA – PAISAJE
Cada vez se hace más palpable esa
inminente realidad de la sobrepoblación humana, el agotamiento de los recursos
naturales y los conflictos sociales emergentes en torno a ellos. Dicho
escenario caótico es producto de la malversación de términos y el abuso
indiscriminado de la “autoridad” que se atribuyó a sí mismo el ser humano como
criatura pensante y por consiguiente, especie dominante dentro de la
naturaleza. Al conjugarse todo este conjunto de elementos, se tiene una
situación actual de índole ambiental bastante crítica: en su afán de expandir
las metrópolis y llevar la civilización a cada rincón del planeta, el hombre ha
dejado a su paso una estela de desolación, sobreexplotación, deforestación,
etc., producto esta vez de su ignorancia y su delirio de grandeza como “especie
dominante”. A raíz de dicha negligencia, estamos viviendo una situación
ambiental crítica, donde las decisiones que se tomen ahora en pro de
salvaguardar la continuidad de la especie humana y proteger los elementos
naturales, especies animales y vegetales que conforman la biósfera, serán
fundamentales para definir si estamos a tiempo de conservarnos o desaparecer.
Por ello, se hace fundamental,
antes de pensar en expandir una ciudad, implantar un objeto arquitectónico,
generar infraestructura o buscar nuevos recursos, entender, analizar y
comprender el territorio a intervenir y sus diversas determinantes. Desde
diversas ramas del conocimiento y la ciencia, el territorio debe pasar por un
riguroso análisis para determinar exactamente qué elementos físicos y
biológicos lo conforman y le proporcionan esa esencia. Así mismo, desde un
punto de vista perceptual y sensitivo, el territorio debe pasar por un filtro
que permita al ser humano establecer una relación perceptual con dicho
territorio, yendo más allá de los elementos físicos y biológicos. Finalmente,
al pasar por los dos filtros, el hombre será capaz de comprender e intervenir
los diversos componentes que caracterizan un territorio, permitiéndole así
mismo descifrar en cierta medida esa compleja red que forma el territorio al
conectar todos sus componentes y organismos en un solo tejido, generando
enormes flujos de energía y creando dinámicas y lógicas de vida, que
sencillamente al ser huno se le escapan de la percepción lineal e irrumple
violentamente al realizar una intervención sobre el territorio.
FELIPE GUERRERO CASTILLO
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